sábado, 24 de octubre de 2009

¿Proviene de Asturias el cante jondo?


Bajo el título “Asturias en el flamenco”, Miguel Rodríguez Coto, médico y miembro activo de la peña ovetense Enrique Morente, impartió el pasado día 22 de octubre en el club de prensa de La Nueva España una conferencia en la que intercaló a modo de ejemplo actuaciones en directo de flamenco (martinete, farruca, garrotín, tarantos mineros y toná) y de tonada asturiana, la forma arcaica del canto de Asturias y cuyas vinculaciones con el cante andaluz se trataron de demostrar en una animada e interesante charla. Por la parte flamenca actuaron Antonio López Olmo, el yeyé de Cádiz y el guitarrista jerezano José María Molero, mientras que en la asturiana actuaron, al cante, Juan José Martínez Juanjo y Alberto Varillas a la gaita.



Comenzó Coto hablando de que los melismas de la música flamenca no son esenciales porque el carácter flamenco se basa en su sistema tonal además de en sus particularidades rítmicas que la diferencian de otras regiones. Y así enumeró los numerosos palos del flamenco. Citando a Luis y Ramón Soler, en soleá hay 95 y 60 en seguirilla . A ello hay que añadir los cantes de ida y vuelta y los denominados galaico-astures que son el garrotín y la farruca.

Coto describió la tonada asturiana y su originalidad y profundidad, así como su carácter autóctono. Recordó el conferenciante que Falla señaló en su día que las características del cante jondo son iguales que las de la tonada asturiana, con vínculos arábigo andaluces. “La diferencia la marca la atmósfera y el universo anímico de ambos cantes que son radicalmente distintos. Así, el cante jondo es introvertido y expresa soledad, mientras que la tonada asturiana va mas hacia la extroversión, hacia el vencimiento de esa soledad y está más vinculado a la naturaleza, mientras que el flamenco a la opresión”, afirmó.

El conferenciante habló de la presencia musical andaluza en el cancionero asturiano y dijo que esa presencia está muy difundida por toda España. En este sentido explicó que los cancioneros tradicionales no son totalmente autóctonos ya que incorporan canciones de otros sitios. “Durante un tiempo se descalificaba cualquier toque de andalucismo, pero los que lo hacían no sabían, según el estudioso Martínez Torner, que algunas canciones asturianas que los asturianos consideran ya como propias no encajan más que en el sistema tonal andaluz. Torner contabilizó 56 temas ajenos de un total de 500 del cancionero asturiano.

Asturias en Andalucía
Según Coto, Asturias está presente en Andalucía a través de la farruca y el garrotín. El término farruca viene de farruco, que así denominaban los andaluces al gallego o asturiano recién salido de su tierra. Este palo, de orígenes oscuros según matizó Coto, lo cultivó El Loli y Manuel Torre a principios del siglo XX. Otros que también lo hicieron fueron Ramón Montoya y el bailaor El Gato. Estos artistas lo elevaron a profesional aunque sus coplas eran vulgares y con el tiempo estos cantes fueron quedando relegados para guitarra y baile.


Garrotín y martinete
Según explicó Coto lo bailó Faíco en 1912 y Carmen Amaya en la película Los Tarantos . “Parece oriundo de Asturias o del antiguo reino de León. Luego fue llevado a Cataluña y se asimiló. Es una creación gitana, una melodía pegadiza y muy graciosa y facilona, lo que hizo que fuera incorporado en la Zarzuela, concretamente en la Corte del Faraón, en una versión más ramplona que la popular”. Su aflamencamiento, dice Coto citando a numerosos estudiosos, llega con Pastora Pavón a principios del siglo XX. Otro posible origen es por la presencia de asturianos en el puerto de Cádiz para emigrar a América, tesis sostenida por Vicente Escudero y Caballero Bonald. Por su parte José Carlos Luna arremete contra su inspiración norteña “engendro desafortunado de praviana y gallegada”. Pero son legión los artistas de primera categoría que interpretan estos dos palos, lo que según Coto demuestra la importancia de este palo.

Respecto al martinete, Hipólito Rossi, en su libro Teoría del Cante Jondo habla de su origen diverso de varias procedencias, entre ellas la asturiana y que tiene relación con el nomadismo gitano. Lo cierto es que en su libro recoge que un martinete puede ser cantado sin que les parezca extraño por vecinos de Mieres o de Covadonga, lo que confirma su familiaridad con estos sonidos.


Las llegada del flamenco a Oviedo
El flamenco llega a Oviedo a través de los cafés cantantes y tablaos. Coto concreta esa fecha hacia 1884, cuando se crean cafés como el café Madrid, Café Alfonsos, Teatro Circo, Café Oviedo y muchos más, con actuaciones de Antonio Pozo “El Mochuelo”, Pastora Imperio y La Argentinita, entre otros.

En Oviedo el escritor Ramón Pérez de Ayala estuvo muy cerca del hecho andaluz y era aficionado al cante flamenco y fue uno de tantos intelectuales que solicitó ayuda al ayuntamiento de Granada, junto a otras personalidades, demandando apoyo para el Concurso de Cante Jondo de 1922 promovido por Manuel de Falla y Federico García Lorca, nos explica el conferenciante.

El primer artista aficionado al flamenco de Oviedo se llamaba Alejandro Rivero “Caracoles y Carina” según recogió la revista Oviedo. Amenizaba fiestas y tertulias de la aristocracia ovetense cantando, tocando y hasta bailando. Era conserje del Colegio de Abogados de Oviedo

Asturias en la copla flamenca
Asturias aparece citada en muchas coplas, señala Coto. Antonio Mairena en una bulería recoge el cantar asturiano de “Santa María/ en el cielo hay una estrella que a los asturianos guía/. Carmen Linares cita a Asturias en bulerías. Camarón en taranto: “Arañaba con las uñas/un niño como un león/hubo una inundación/en una mina de Asturias/su padre dentro quedó.
Alonso el del Cepillo tiene una nana basada en las añadas asturianas en las que una madre avisaba a su amante de que su marido estaba cerca.
Otros que citan a Asturias fueron, según Coto, Macandé, Francisco Gabriel Díaz Fernández, Antonio Pozo Mochuelo, Chano Lobato y Carmen de la Jara.
Pero, dice Coto, también hubo cantantes asturianos que hicieron flamenco, como el afamado José González El Presi que se atrevió a hacer una vaqueirada por bulerías y cantó por tarantos y Orestes Menéndez, que interpretó guajiras, milongas y hasta seguirillas.
No olvida el conferenciante el hermanamiento entre Asturias y Andalucía a través de la música clásica gracias a Nikolái Rimski-Kórsakov, que lo hace en su Capricho Español
Para Coto se puede llegar más allá, “pues hay autores que dicen que el cante jondo tiene su origen en Asturias, como José Ruiz, de la Academia de Bellas Artes de san Telmo en Málaga en una ponencia titulada “Del Canto al Cante” en la que habla de que las tropas del general Ballesteros en la Guerra de la Independencia con sus 8.000 soldados asturianos que operaron en la serranía de Ronda participaron en el nacimiento del cante jondo llegando a la conclusión de que las tonadas flamencas son asturianadas andaluzadas. Inició su estudio tras escuchar al cantante de tonada asturiana Juan González Cristobal, “El Presi” e inició su obra. Sin embargo no hay que olvidar que El Presi hizo su aparición como cantante flamenco en 1929. Estas tesis levantaron alguna que otra polémica, como la protagonizada por la revista Sevilla Flamenca” explicó Coto.

La conferencia fue muy aplaudida no sólo por los datos y anécdotas citados por Coto sino también por la magnífica intervención de los artistas que utilizaron su arte en el flamenco y en la tonada asturiana para reforzar las tesis de concomitancia defendida por tantos autores entre ambos estilos. Ese mismo día se conoció la noticia de la muerte de un minero asturiano a consecuencia de un derrabe en un pozo de Cangas del Nancea. De forma espontánea, el Yeyé de Cádiz y José María Molero decidieron dedicarle un taranto, lo que arrancó los emotivos aplausos del público.

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